Quiero comer ... -Te. {Privado}

Adoraba las noches; Era cuando Cory dormía y el podía salir sin tener que pedir ningún tipo de permiso a nadie. Ser libre, totalmente libre. Se había hecho con las llaves del a cafetería a escondidas, esconderlas de su otra mitad fue sin lugar a dudas todo un reto personal, pero... Listo! Las tenía y ahora, dentro de la misma sólo estaba retocando lo que pronto se transformaría en un oculto escenario de puro e irrefutable sexo.

Se apoyó en el marco de la entrada a comedor y enervó la mirada hacia el puntual reloj que pronto marcarían las doce, confiaba en que la nota dejada bajo la puerta del cuarto de Mike la noche anterior hubiese sido recibida por el mismo... Se mordió el labio inferior de manera impaciente. Su amante pronto estaría allí... Y esta vez sería él quién le arrancaría gemidos.

Pisoteó el suelo con fuerza a modo que sus zapatillas de dormir hiciesen un ligero sonido que envolvió la sala vacía; Tenía eco. Eso sería más que perfecto. Observó detalladamente la mesa preparada... Y una sonrisita fluctuó en sus labios; Iba a disfrutar.

Entendia y sabía que sus sentimientos no eran correspondido por los del mayor. Zaph era el único capaz de aflorar cualquier tipo de amor en los brazos de Mike, sin embargo... Ser su presa por las noches se había tornado algo que al menos, le hacía sentirle cercano.

La nota anterior al despertarse poco antes de ir a la clase, en un principio pensó que seria un desafío de alguien a quien no le había parecido bien que acosara a su novio pero cuando vio el remitente un sonrisa apareció en su rostro, al parecer tendría mucha “diversión” al día siguiente.

Uno minutos antes de las doce salio de la habitación, camino lentamente cuidando el no se atrapado por ninguno de los guardianes del colegio, no imaginaba como el chico había hecho para conseguir la llaves del lugar en que le había citado.

Un minuto antes de las doce sus pasos llegaron al lugar señalado, miro dos veces antes de entrar al lugar para asegurarse que nadie lo viera entrar y entro en el lugar cerrado bien la puerta tras el, seria una noche de “diversión” sin interrupciones.

Los suaves pasos que se escucharon a lo lejos le hizo entender que el mayor estaba aproximándose. No sabía por que pensó directamente en que sería el y no un profesor o guardián... Quizás simplemente fuera por el paso decidido. Sí. Era él, sin dudas. Y así lo corroboró cuando cruzó la puerta del comedor con ése porte seguro que siempre mostraba.

Sonrió de manera segadora y cerró la puerta con suavidad tras el cuerpo del mayor para proceder a acercarse a él por la espalda. Apoyó la frente contra la fina columna de su amante y olfateó con fuerza para que el otro pudiese escuchar, pronunciando aún más su sonrisa. – Vaya... ¿Hoy no te has acotado con nadie? No hueles a perfume. – Susurró en claro tono infantil y cantarín. ¿Se habría reservado para esa noche?. Sólo de pensarlo su respiración se tornaba jadeante.

Aprovechó la posición para hacer cuanto debía y enderezando las manos cubrió con una corbata los ojos de Mike, anudándola firmemente a la nuca. – No debes mirar. – Susurró en ése tono sensual que solía utilizar y despacio, le fue empujando en dirección a uno de los allí preparados sofás.

Sonrío ante la afirmación del menor no esperaba que el chico le oliera de esa manera pero tenia razón ese día se había reservado para su joven amante y al parecer lo había complacido con aquello tanto que pensó en guardar los días de sus encuentro como algo exclusivo para el menor como premio a lo bien que se portaba con el. Sabía que no podía ofrecerle su amor al menor pero al menos le ofrecería eso, un poco de exclusividad sobre su persona después de todo el chico era exclusividad de el, lo sabia bien porque revisaba su cuerpo y no encontraba ninguna marca en el que no hubiese hecho el mismo.

Se dejo cubrir los ojos sin tener idea de lo que haría pero el menor le inspiraba la confianza necesaria para que le dejara hacer sus planes. Sintió su cuerpo empujado y termino sentado en uno de los sofás totalmente expectante, conteniendo totalmente el deseo de quitarse aquella corbata, sabia por el tono sensual del chico que pronto empezaría a disfrutar aquel juego.

- ¿Qué vas a hacer? – pregunto sin poder hacer nada mas con al tener uno de sus sentido inutilizado respirando de manera agitada al saber de alguna forma a merced del menor.

¿Qué que iba a hacer?. Esa pregunta había sonado incluso dulcificada, algo que para nada pegaba con la personalidad livinidosa de Mike. Pudiese ser también que él únicamente había conocido esa cara perversa... Miró las manos de su prisionero y por un momento su mente divagó en pensar cómo sería sentir amor desde sus caricias. Lo de ambos era sexo. El mayor había arrebatado su primera vez... y por ello, ahora eran algo así cómo amantes en secreto.

Se inclinó suavemente sobre el cuello ajeno, soplando ligeramente sobre la tersura de su piel, haciendo que la piel se le erizase. – Vamos a jugar. – Susurró cerca de esa piel cómo si tal cosa. – Pero no vas a poder utilizar las manos... De hacerlo... – Alcanzó una de las cosas que tenía preparadas sobre la mesa y la alzó para hacerla sonar. Era de metal, según indicaba. - ... Se te castigará. – Su voz pese a sonar dulce e infantil dejó entrever que hablaba en serio. Obvio no golpearía ni fustigaría, pero... El tendría el mando, quisiera o no.

Rió, dando por hecho que había entendido las reglas, entonces, se separó de él y se quitó las ropas, dejando que quién estaba imposibilitado de la vista escuchase el sonido de las ropas ceder por su propia piel. - ¿Tienes sed...? -

Su piel se erizo ligeramente al sentir el aliento del otro sobre su cuello y su rostro esbozo una sonrisa traviesa al escucharle hablar de “jugar”, a el le gustaba jugar, era de naturaleza traviesa así que el hecho de jugar el excitaba y aun mas si en el juego estaba a merced de su amante, el hecho de esperar lo inesperado lo excitaba.

Escucho el sonido que hizo el objeto y decidió en lo posible obedecer a su ahora “amo” poniendo sus manos ligeramente hacia atrás para controlar la tentación de querer usarlas, la tentación apareció casi inmediatamente al escuchar la ropa del chico caer y saberlo desnudo frente a el, aquel cuerpo que le enloquecía a su alcance pero a la vez sin poder alcanzarlo.

Su cuerpo empezaba a sudar al serle tan difícil la resistencia a aquella tentación que estaba cerca de el, ya esta acalorado, ya quería sentir su piel, mas no podía, no podía hasta que el chico quisiera o seria castigado.
- la tengo…- respondió, quizás un poco de agua quizás eso ayudaría un poco a la calentura de su cuerpo.

Sonrió más que satisfecho cuando notó como la respiración de Mike se tornaba sin lugar a dudas pesada. Podía incluso entrever cómo su piel transpiraba por el irremediable deseo que ya parecía sentir. Oh. Sería sin duda un jugueteo divertido, pues, parecía ser que le costaba mantenerse quietecito. Obviamente, debía comportarse cómo un buen niño si quería el premio.

Su mueca se ensanchó cuando mentó lo referente a la sed; Sabia que respondería positivamente a eso, estaba todo previsto y él, jamás fallaba. Tomó de sobre la preparada mesa un sobrecito de plástico que abrió con los dientes y de éste saco algo con aroma a fresa. Ése algo, se ajustó a su hombría cuando así lo demandó, envolviéndose a si mismo la erección con el condón. Hizo un pequeño gesto de dolor, pues el mismo quedó bien arrimado.

Su trasero se aposentó sobre la baja mesa que estaba frente a el sillón de aquel que gracias a una tela hubo tornado ciego gracias a la corbata y lentamente, su palma derecha le acarició la nuca para indicarle hacía dónde moverse, concretamente, hacía adelante y en línea recta.

- Debes romper con los dientes el plástico si quieres alcanzar lo que comenzará a salir si chupas. – Paseó suavemente los dedos entorno a la nuca ajena en un débil pero calido contoneo.

Siguió las mudas indicaciones del cual a merced estaba acercándose lentamente hasta escucho las indicaciones hablabas quedándose mas que confundido por lo que debía hacer por un instante el impulso de usar sus manos para orientarse pero finalmente contuvo aquel impulso y dejo que su olfato lo dejara ubicar objeto que tenia un claro olor frutal.

Buscando sintió el olor cerca de el saco su lengua buscando el contacto, encontrando el miembro del muchacho y recorriéndolo lentamente con su lengua delineándolo, ya sabia lo que era, ahora el problema seria como cumplir aquella orden sin que aquel delicioso manjar.

Ubico su boca sobre la punta del miembro y cerro un poco la boca rasgando suavemente el plástico con sus dientes para luego pasar su lengua por los pequeños agujeros formados saboreando las pequeñas gotas de liquido seminal que empezaban a salir, su cuerpo se excitaba conforme sentía que el plástico cedía ante sus acciones pero trataba a de contener los impulsos de sus cuerpo, si iba muy rápido lo lastimaría, así que por mas tortuoso que fuese aquello iba de forma lenta, esperando pacientemente a que ese plástico cediera ante el y por fin pudiera calmar la sed que tenia de aquella deliciosa esencia.