Molestias. (Libre)

Gemidos profundos salían de los labios del mayor, aquel chico le encantaba, le enloquecía, su voz, sus reacciones de placer en aquel lugar donde cualquiera podían ser fácilmente encontrados teniendo solo la luna como único testigo de aquella unión carnal, testigo de cómo aquellos cuerpos se volvían uno, de cómo aquel chico perdía su inocencia entre los brazos del mayor, mientras proclamaba al mayor como amo y señor de su cuerpo.

Las embestidas era cada vez mas profundas y poco a poco mas rápidas mientras escuchaba los gemidos y jadeos del menor que padecían pedir mas auque no lo vocalizara, senito claramente cuando si miembro rozo el punto de máximo placer y un ligera sonrisa se dibujo en sus labios al sentir la reacción del menor ante el roce que aquel punto, sin reparo embistió contra aquel punto buscando danle mas placer a su ahora amante, quería escucharlo sentir el cielo entre su brazos y también quería secretamente escucharlo proclamarse como suyo, seria su amante ya lo había decidido pero quería escuchar aquello salir de sus labios.

Cada vez más rápido, cada vez más profundo... Cada vez estaba convencido de que ahora que conocía lo que eran esos juegos se vería incapaz de no realizarlos. Hasta ahora el máximo placer entregado a su propio cuerpo era el de, bajo una sabana masturbarse hasta quedar exhausto. Nunca hubiese pensado que el hecho de sentirse lleno de la carne de otro ente pudiera otorgarle tales descargars electricas que se expandian por todo el cuerpo.

Su cuerpo subía y bajaba al son de las constantes embestidas y el reflejo de la luna al proyectar su sombra contra el suelo era lo único que advertía de su movimiento. Allí estaba el pintor, robándole el aliento a causa de estar atacando sin ningún tipo de consideración una zona más que vulnerable a cualquier roce. Era su punto más álgido, el más sensible... – Mike... n-no... allí... yo me... – Su sexo estaba endurecido pero recibía las atenciones necesarias pues al estar de pie, su sexo había quedado gustosamente adherido entre ambos vientres, dándole una sensación de placer que se multiplicaba por diez en los movimientos. Quería más... Y él mismo intentó dárselo. Enredó la pierna con afán en la cintura del mayor y sus movimientos se hicieron casi desesperados, aun que en ningún momento perdió su matiz deseoso.

Solo sonrío ante sus palabras sabia bien que aquel no significaba mas bien si, el cuerpo del chico temblaba cada vez que su miembro daba en aquel punto y su gemido se hacían mas sonoros por lo cual en por un segundo pensó en callarlos mas no lo hizo ya que lo excitaba escuchar al chico jadeando y gimiendo por su causa, si alguien llegaba no importaría lo terminaría de poseer frente aquel desconocido no pararía por nada hasta hacerle llegar al orgasmo.

El cuerpo del menor se enredaba a un mas al suyo y haciendo que su ser se funda mas con el del menor abrazándolo, uniendo su cuerpo mas al de el mientras sentía que sus propios movimientos se hacían mas necesitados a medida que se sentía mas profundamente en el cuerpo del menor. Sentía que el orgasmo del menor estaba cercano, se lo decía cada reacción de su cuerpo, cada gemido necesitado…solo un poco mas un poco mas en ese lugar y lo conocería el clímax mientras lo veía, moría de ganas de ver su rostro ante aquel orgasmo así que contrario a las palabras del muchacho embistió con mas fuerza dispuesto terminar de hacerse su dueño.

Estar allí, en medio de un inmenso y oscuro pasillo a la espera de terminar o ser descubiertos era algo que le endurecía y humedecía. Temblaba cada vez con más firmeza pues la mismísima punta de ésa hombría estaba ya abriéndole las puertas al limbo. Cada roce que le otorgaba en la próstata era sentir miles de pequeñas descargas que se expandían por todo su cuerpo repartiendo así el placer. Ya no había dolor, éste era claramente sustituido por un incontrolable deseo de posesión.

Hubiese alzado su otra pierna, pero temía el hecho de que Mike, esforzándose en las penetraciones no pudiera soportar el peso de ambos y terminasen por el suelo, por ello se intentó consolar con el hecho de que una de ellas si pudiera rozarse con el cuerpo ajeno, enredarse cual planta en el tronco y empujarle hacía si cuando precisaba de movimientos más profundos. Estaba ya demasiado excitado, podía notar su propio pene palpitar entre los vientres de ambos, el mismo, sentía mayor placer al rozar contra la pulcra camisa de su “violador”, gozando en demasía esos gestos. Sin previo aviso, echo la cabeza hacía atrás y tras exhalar un profundo grito que se escuchó por todo el recinto no pudo reprimir más el líquido blanquecino que se precipitó contra la tela que aún traía puesta el otro.

El orgasmo le azotó con fuerza, haciéndole temblar por completo; Placer. Esa palabra se deslizó por sus entrañas y su ano, hambriento de la carne de Mike se contrajo bruscamente, asiéndolo hacia su interior, indicándole dónde debía correrse; Justo encima de su próstata.

El cuerpo del chico estaba al limite y el suyo se acercaba también, su cuerpo se contraía de placer ante casi al mismo de ritmo que el del menor, golpeaba con fuerza su próstata, sin reparo sintiendo como llegaba cada vez mas y mas profundo, mas profundo en el ser del menor, lo hacia mas profundamente suyo.

Sujeto fuertemente al chico cuando sintió que su orgasmo vendría deteniendo su cuerpo y conteniendo algo se la fuerza de aquel Prgamo del chico pero al sentir su miembro atrapado en aquel cuerpo no pudo evitar su propio orgasmo, soltando un ronco gemido mientras inundaba la próstata del menor con su esencia sujetando al chico entre sus brazos mientras aquella aleada de placer sacudía su cuerpo.

Un orgasmo después de tanto tiempo de abstinencia, en realidad había sido un idiota por negarse a si mismo de aquel sublime y casi divino placer, un placer sublime y divino que había vuelto a encontrar a través del cuerpo de aquel chico.
- eres mio…- le dijo con voz aun agitada por el reciente, manteniendo su cuerpo unido al menor olvidando completamente donde estaba o el hecho de poder ser descubierto, aquel chico ya era suyo.

Se sintió aliviado cuando su grito de placer no se escuchó sólo entre las instalaciones de la escuela, el ronco sonido proveniente de la garganta de Mike también sufrió un terrible eco entre las paredes del pasillo. Sin lugar a dudas esos sonidos emitidos por ambos habrían sido escuchados por alguien, habían sido demasiado altos cómo para que algún profesor de guardia los pasara por alto.

Pero el placer no terminó en su orgasmo, pues una esencia caliente bordeó al completo su próstata entregándole aún más de aquellas sensaciones que le hacían incluso abandonar el mundo terrenal. Su delgado y bien perfilado muslo dejó de colgarse del a cintura del mayor, bajando lentamente la pierna, pues de seguirán esa posición no lograría más que alguna rampa. No obstante, seguía sintiendo ése cuerpo en su interior, haciéndole olvidar cualquier cosa que no se tratase de ello.

El líquido derramado de Mike en su interior pronto salió de su ano dada la posición erecta de ambos y manchó íntegramente toda la parte interna de sus muslos, bajando en dirección a sus mal colocados pantalones y ropa interior. Suspiró, sintiéndose repentinamente húmedo. No sólo sus piernas, su vientre también yacía cubierto en esperma, aunque ese fuera suyo.

- ... – Abrió los ojos en redondo cuando le escuchó y con prisa alzó la cabeza para fijarse en los luceros de su ahora amante. No, parecía no mentir. Enrojeció débilmente e intentó alcanzar esa boca que parecía tan alejada de la suya. – Y tu mío... – O algo así, pues sabía perfectamente de la existencia del novio del otro.

Solo respondió a lo dicho por el menor con una sonrisa, desde aquel momento su ser ya no le pertenecía nadie mas que a si mismo aunque su corazón aun le pertenecía a Zaphkiel, lo beso suavemente casi como en respuesta de su buen comportamiento mientras lentamente salía de su interior.

Sabía muy bien que en cualquier momento llegaría alguien debido a todo el ruido que había hecho pero aun así se mantuvo por unos minutos a pegado aquellos labios premiando dulcemente el placer brindado.

- creo que debemos irnos- dijo al separarse de sus labios, estaba aun agitado pero sabia que ese no era un lugar seguro debían salir de allí lo antes posible pero antes de todo tenia que asegurarse que aquel encuentro se repetiría, tenia que saber como buscarlo tenia que…saber su nombre.

- ¿Cuál es tu nombre?- pregunto mientras se acomodaba la ropa ya dispuesto a salir del lugar,

Se lo pensó. Él era Irok, pero si le buscaba con ése nombre no daría con nadie, por lo que resignado... Dio el de su personalidad más idiota. - C-...Cory. – Se sentía importante, dichoso. Único. Aunque entre el camino de semen que recorría sus muslos ahora también residiese algo de sangre no importaba, el dolor se curaría rápidamente pero el recuerdo de haber compartido esos momentos de eterna gloria a su lado sería eterno, para siempre. Su primera vez y había sido sin protección, sin amor, en cualquier lado y de modo animal... y justamente por ello se sentía dichoso.

Se subió torpemente los pantalones, dejando que ante uno de sus movimientos su sexo rozase débilmente la zona dónde estaba el otro en una muy disimulada caricia. Deseaba más contacto carnal. Quería volver a sentirle en sus entrañas... Pero unos débiles pasos caminando a su dirección enseguida le hicieron comprender que eso no podría darse. No obstante, volvió a dedicarle una mirada cargada en lujuria bajo aquel cielo dónde solo gobernaba la luna.

Se giró lentamente y viéndole por ultima vez salió corriendo por aquel pasillo, perdiéndose en la oscuridad. Jadeando por aún la perdida de aire en el acto sexual. Llorando por el dolor y la felicidad mezcladas en ése curioso encuentro.



{. Escena Terminada .}